1. En primer lugar, hay que recordar
que los destinatarios de los juguetes son los niños y no los padres. Por
ello, no se puede regalar el tren eléctrico, el coche teledirigido, la muñeca o
el libro que los padres desearon en su infancia y nunca recibieron. En
principio, el pequeño debe recibir los regalos que él mismo ha solicitado en su
carta.
2. De antemano, se debe rechazar
todo juguete en cuya etiqueta no se incluya la marca "CE"
(conformidad europea) de seguridad de los juguetes e información sobre el
fabricante o el importador. Cualquier juguete fabricado o vendido en la UE debe
llevar la marca CE, el nombre y dirección del fabricante y un código que
permita identificar el juguete, en caso de que haya que retirarlo del mercado
por algún problema de seguridad.
3. Hay que conocer cuáles son los
juguetes más apropiados para cada edad. No conviene comprar a los niños muy
pequeños, de 0 a 2 años, los juguetes pensados para otros niños
más mayores. Los fabricantes invierten gran esfuerzo en adecuar cada juguete a
la edad que recomiendan. Por ello, se aconseja estudiar la etiqueta y las
advertencias del fabricante, y poner especial atención en la edad recomendada.
Además, hay que negarse a regalar un juguete que se considere sexista o bélico.
4. Si se regalan videojuegos,
hay que fijarse en la carátula para saber la edad a la que se dirigen y los
contenidos que incluyen. Se debe limitar el tiempo de juego y supervisar su
uso. Una utilización prolongada puede ocasionar nerviosismo en el niño, fatigar
su vista y hasta causar miopía. Hay que evitar los videojuejos de carácter violento, sexista o
discriminatorio, que pueden influir de forma negativa en el desarrollo del
pequeño, y decantarse por otros que permitan la participación de varias
personas para evitar que juegue solo.
5. En el establecimiento se debe comprobar
el contenido del embalaje y el funcionamiento del juguete, para asegurarse
de que está en perfecto estado. Las instrucciones de uso para una utilización
segura y adecuada del juguete tienen que estar en idioma español. Además,
conviene conservar el tique de compra y el embalaje del juguete, en el que
figuran todos los datos del fabricante, que serán necesarios en caso de
reclamación.
6. No conviene saturar al niño con
demasiados juguetes, es
mejor fijar un límite razonable. Se puede solicitar a familiares y amigos de
confianza otros artículos que el niño necesite (un pijama, ropa de cama
divertida, unas zapatillas de deporte, una mochila, etc.). Al principio, los
pequeños se ilusionan mucho con todos los juguetes, pero después solo prestan
atención a uno o dos.
7. Se pueden aprovechar las
distintas festividades navideñas y de Reyes para dosificar la entrega de
regalos. Se debe hacer comprender a los pequeños que los Reyes Magos no
pueden traerles todos los juguetes que les han pedido, porque tienen que hacer
regalos a otros muchos niños. Hay que evitar el consumismo caprichoso desde la
infancia y no dejarse llevar por la publicidad, que ejerce una gran influencia
sobre los pequeños.
8. Hay que acostumbrar a los niños a
jugar acompañados, con padres, hermanos o con otros niños. Sin embargo,
se deben respetar sus momentos de juego individual. Por su parte, los padres y
el niño deben desenvolver juntos cada juguete, para evitar que el pequeño
realice solo esta tarea.
9. Hay que intentar regalar
libros o cuentos y procurar que el libro sea lo más parecido a un juguete,
frente a una herramienta de trabajo escolar.
10. Se recomienda no manipular, ni
cambiar las características del juguete. Hay que fijarse en las
advertencias de seguridad que figuran en el juguete y tener en cuenta que puede
contener algún producto tóxico para el niño (metales como el plomo pueden
formar parte de algunos juguetes, tanto en la pintura como en el plástico). Las
piezas que componen los juguetes deben ser grandes para impedir que los niños
las ingieran.